Una milicia robótica

La verdad es que no eran muchos las personas que se tomaban en serio la idea (algo entendible, considerando la propuesta), pero al asombro de la comunidad internacional, dio inesperados frutos.

Apenas diez años después del comienzo del primer proyecto chileno de automatización de soldados, las fuerzas armadas habían sido declaradas obsoletas. Ya no era necesario tener soldados, los nuevos robots podían hacer su trabajo no solo más eficientemente y de forma más barata, sino también más seguramente, con un estricto resguardo de los derechos humanos, programado en lo más profundo de su sistema operativo.

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